* El día que yo fui feliz, nunca pense que fuera así

Eran las cuatro de la madrugada y yo parado en la esquina de mi casa cuando la noche estaba por terminar, ya no habían amigos, ya no había carrete, solo me quedaba dar un par de pasos y subir las escalera a mi departamento, pero un presentimiento me dijo que la noche no podría terminar ahí, no así, no otra vez. Giro de ciento ochenta grados sobre mis pasos, señales al primer taxi que pasó por la esquina y dirección al primer antro, sucucho o cuchitril que me topara por el camino.

Creo que lo vi en cuanto entre, tal vez después, pero no existía nadie antes que entrara el y nadie existió después. Mis ojos se posaron sobre el y pensé... “es el a quien quiero”. Manos sudorosas y mariposas en el estomago cuando el también empezó a mirarme, tal vez no había nadie mas en el lugar porque no dejamos de observarnos mutuamente, miradas, un par de paseos, flirteos y más miradas. De pronto se paró frente a mi, sin decir una palabra, solo nos mirábamos, no había música, no había sonido, no existía nadie mas. El primer contacto fue un leve roce de manos, nuestras manos se entrelazaron sin palabras, sin sonidos, sin egos ni ambiciones, solo energía, solo piel. Luego vino el beso, el contacto con sus labios fue cálido, suave y nervioso.

En un lugar de sueños pasajeros, de bocados al paso y olor a pecado...

...encontré a alguien especial.

Me recordo una cancion de por ahí que dice algo como

"El día que yo fui feliz, nadie tocaba el violin, ni una maldita florecita, ni arcoiris sobre mi"